El objetivo del budismo es que cada
persona desarrolle su ilimitado potencial, valorando al máximo su propia vida y
la de los demás.
La práctica de la filosofía budista
permite al individuo una transformación positiva desde lo más profundo de su
ser, hasta cambiar el temor en coraje, las dudas en sabiduría y el egoísmo en
misericordia.
Enseña que debemos desarrollar nuestra capacidad intelectual hasta que
podamos comprender nuestro universo claramente. También nos estimula a entregar
amor y bondad a todos los seres, sin distinción. Así el budismo es una
filosofía, pero no sólo una simple filosofía, es la filosofía suprema.
El Budismo actual reinterpreta las
cuatro nobles verdades:
(1) En la vida hay sufrimiento.
(2) Esos sufrimientos son provocados
por el apego a ideas erróneas.
(3) Se puede poner fin al sufrimiento
superando las ideas erróneas, que son traumas sociales y culturales.
(4) El camino para dar fin al sufrimiento
es el Camino de los ocho pasos:
- alcanzar la visión de las cosas más
elevada posible;
- dejarse guiar por objetivos muy
elevados;
- expresarse correctamente;
- la intención de las acciones ha de
ser correlativa al nivel de comprensión alcanzado;
- con libertad se logra un modo de
vida inigualable;
- es preciso poner a disposición de
"la causa" todas las energías disponibles;
- nunca se debe bastardear el nivel
de los pensamientos;
- nuestro ser interior debe estar permanentemente
dedicado a la reflexión perseverante, coherente y honesta.
Budismo en Occidente. Recuperado el 18 de marzo del 2013.
http://www.revistadharma.com/doku9.html
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